Si estas pensando en comprar una moto de agua en una subasta o embargo, porque has escuchado que son más baratas y puedes ahorrarte unos euros, has llegado al lugar indicado. Cuando tratamos de conseguir una moto de agua u otra embarcación a través de una gestoría náutica, puede que nos encontremos con estas situaciones, y lo importante es saber valorar adecuadamente conceptos como: precio de salida del vehículo, estado general de la moto de agua, antiguos propietarios, cargas y aspectos técnico administrativos.
No te engañes, las subastas públicas en España no son como en la tele, donde la gente se reúne ante la moto de agua o el barco y empiezan a pujar para ver quién se la lleva. En realidad son procesos mucho menos espectaculares. Es posible diferenciar entre dos tipos de ordenantes para las subastas: un propietario particular (o persona jurídica) y la Administración Pública (principalmente Hacienda).
Cuando la subasta es promovida por la Administración Pública, existen únicamente dos motivos que motorizan deshacerse de la moto de agua: Abandono – Fin de utilidad pública.
Los vehículos marítimos con abandono constatado son aquellos que tienen impagas las tasas públicas por un determinado periodo de tiempo. El inicio de este tipo de procedimiento no lo puede hacer un puerto deportivo convencional, solamente la Administración Pública. De esta forma comienza un largo proceso que se diferencia en dos instancias. Primera y Segunda Subasta.
En la Primera Subasta se hace una oferta como mínimo con el precio de salida de la embarcación estipulada en el concurso. Los pasos específicos en esta Primera Subasta incluyen:
La Segunda Subasta es un proceso un tanto diferente, ya que se puede hacer una oferta por un mínimo del 50% del precio de salida en Primera Subasta. Los pasos para este segundo llamado son:
Una vez que la moto de agua o la embarcación subastada tiene nuevo propietario, este deberá hacerse cargo de los costes derivados de su entrega, los impuestos y cualquier gasto inherente a la transferencia de dominio.
Las subastas de este tipo comienzan cuando la Administración reconoce que se deshace de una embarcación por encontrarse en estado de abandono. Esto normalmente implica que hay imposibilidad técnica y administrativa para navegar. El adjudicatario no puede, bajo ningún aspecto, realizar reclamos por daños en la embarcación o similares. Estas subastas suelen ser más de chatarra que de motos de agua funcionales.
En estos casos, se convoca a la Venta Directa. En este caso, la Administración realizará una subasta donde no hay un mínimo y se acepta cualquier cantidad con tal de quitarse la embarcación de encima.
Recuerda estos consejos y tipos de subastas a la hora de ofertar para comprar tu moto de agua a través de estas modalidades. Te ayudará a ahorrar dinero y tiempo.
Apasionado desde hace años a las motos de agua. Tengo una Sea-Doo RXP 300 del 2021